Post by skiel on Dec 6, 2005 20:41:55 GMT -3
Durante 4 meses en el año 2004 estuvo ahí en Plaza San Martín (San Martin y Marcelo T. de Alvear) la más impresionante exposición fotográfica que jamás haya visto.
'La tierra vista desde el cielo', del fotógrafo Yann-Arthus Bertrand, muestra el mundo desde una que pocos saben y pueden ver; y su trabajo es darlo a conocer. Este es el milagro de la vida.
Quiero que vean un poco de lo que yo vi, que es un verdadero flash, asique les preparo una extensa minutita:
Cultivos en las orillas del río Uruguay, provincia de Misiones, Argentina (27°24’ S – 54°24’ O)
Esta provincia situada en el nordeste de Argentina, que debe su nombre a las misiones jesuitas instaladas en la región entre los siglos XVI y XVIII, en sus orígenes estaba cubierta mayoritariamente por bosque tropical. Sin embargo, desde hace casi un siglo los colonos de origen europeo han modelado el paisaje, talando los árboles de una gran parte del territorio para explotar la tierra roja, rica en óxido de hierro y muy fértil. Labrando a lo largo de las curvas de nivel y dejando bandas de hierba entre los surcos para atenuar la erosión, han desarrollado diversos cultivos como el algodón, el tabaco, el té, el mate, el girasol, el arroz y los cítricos. Los agricultores han sabido sacar provecho de la amplia red hidrográfica que riega esta región enclavada entre los ríos Paraná y Uruguay, llamada acertadamente Mesopotamia, término que en griego significa «tierra entre ríos».
Formación cristalina en el lago Magadi, Kenia (1°52’ S – 36°17’ E)
La gran fractura del Rift, originada por una rotura de la corteza terrestre ocurrida aproximadamente 40 millones de años antes de nuestra era, se extiende a lo largo de unos 7.000 kilómetros en el este de África. Está bordeada por altas llanuras volcánicas y su vasta fosa de hundimiento, una sucesión de depresiones (rift valleys) que van desde el mar Rojo hasta Mozambique, alberga un rosario de grandes lagos (Turkana, Victoria, Tanganika) y otros de menor superficie, como el Magadi, el más meridional de Kenia. Este lago, alimentado por las aguas de las lluvias que lavan las pendientes volcánicas cercanas arrastrando sales minerales, contiene un agua con un elevado porcentaje de sal. En algunos lugares su superficie está jaspeada de licks, depósitos salinos cristalizados mezclados con el agua salobre. Este medio, aunque inhóspito, no está exento de vida: millones de pequeños flamencos vienen a alimentarse de las microalgas, cangrejos y otros crustáceos que proliferan en las aguas del lago.
Mercado cerca del barrio de Xochimilco, México D. F., México (19º 20’ N-99º5’ O)
Bajo este mosaico de parasoles de colores vivos se oculta un mercado popular animado y ruidoso, instalado durante el día en una calle de la capital. Protegidos del sol, los puestos de frutas y verduras, plantas medicinales o especias, se mezclan con los de telas y productos artesanales. Los mercados, una verdadera institución en México, florecen cotidianamente en todo el país. Como el artesanado, los vestidos tradicionales o las fachadas de las viviendas, estos puntos de venta ponen de manifiesto el apego que sienten los mexicanos por los colores resplandecientes y alegres, como ese rosa vivo conocido como «rosa mexicano». En el escenario internacional, México es campeón mundial en el desarrollo comercial, con unas exportaciones que aumentan anualmente un 18 %, dirigidas en un porcentaje superior al 85 % a los Estados Unidos. Pero esta liberalización económica, que ha conducido a que se doble el PIB por habitante entre 1985 y 1999, ha agravado, en cambio, las desigualdades en la distribución de la renta. En el campo, donde la agricultura no puede hacer frente a la competencia de los productos importados, la renta media es hasta cuatro veces inferior a la renta nacional. Los disturbios sociales que se producen en el estado de Chiapas desde 1994 están ligados en parte a este hecho.
Ballena a la altura de la península de Valdés, Argentina (42°23’ S – 64°29’ O)
Las ballenas, que estían en el Ártico, regresan a los mares del Sur en invierno para reproducirse. De junio a noviembre, las costas de la península de Valdés, en Argentina, se convierten en el lugar de apareamiento y nacimiento de las ballenas francas. Las ballenas son mamíferos migratorios que hasta los años cincuenta fueron víctimas de una explotación intensiva por su carne y el aceite que se extrae de su grasa, lo que los ha llevado al borde la extinción. A partir de 1937, después de que se tomara conciencia del peligro que corrían, se tomaron medidas de precaución. En 1982, se declaró una moratoria que prohibía la caza con fines comerciales, y en 1994, el santuario ballenero de los mares australes se sumó al del océano Índico, establecido quince años antes. A pesar de esta movilización, en 2001 se estimaba que, después de la moratoria de 1986, se había dado muerte a 21.000 ballenas, principalmente en Japón y Noruega. Después de décadas de protección, 7 de las 13 especies de ballenas, que sólo cuentan con algunos miles de individuos (de 10 a 60 veces menos que a principios del siglo xx) siguen estando amenazadas.
El Corcovado dominando desde lo alto la ciudad de Río de Janeiro, Brasil (S 22º54’ O43º14’)
Colocada sobre un pico rocoso de 704 m llamado Corcovado ("jorobado”), la estatua del Cristo redentor domina la bahía de Guanabara y su célebre Pan de azúcar”, así como a toda la ciudad de Río de Janeiro. La ciudad debe su nombre de río de enero” a una equivocación de los primeros navegantes portugueses que anclaron en la bahía, en enero de 1502, puesto que creyeron penetrar en la desembocadura de una corriente de agua. Capital de Brasil de 1763 a 1960, Río de Janeiro se ha convertido actualmente en una megalópolis que abarca 50 km y alberga a más de 10 millones de habitantes. El Cristo redentor del Corcovado recuerda que Brasil es el primer país católico del planeta, con alrededor de 121 millones de personas bautizadas (75% de la población). El catolicismo (cerca de mil millones de fieles) es en sí mismo mayoritario en el seno de la religión cristiana la cual, con casi 2 mil millones de adeptos, es la más practicada en el mundo.
Icebergs a la altura de la tierra de Adelaida, Antártida (polo Sur) (67°00’ S–139°00’ E)
Estos icebergs que van a la deriva se han desprendido recientemente de las plataformas glaciares de la Antártida, como pone de manifiesto su forma tabular y los estratos de hielo todavía visibles en sus flancos angulosos. Tan sólo emerge una pequeña parte del volumen de cada uno, quedando más del 80 % bajo la superficie. Al igual que los 2.000 km3 de hielo que se desprenden cada año de la Antártida, estos icebergs experimentarán la lenta erosión de los vientos y las olas antes de desaparecer. La Antártida, cuya superficie es de 14 millones de km2, es el continente de las condiciones climáticas extremas, con temperaturas de hasta –70 °C y vientos que alcanzan los 300 km/h, y contiene el 90 % del hielo y el 70 % de las reservas de agua dulce del planeta. Objeto de reivindicaciones territoriales desde el siglo xix, desde 1959 se rige por el Tratado de Washington, que le confiere un estatuto internacional y limita su utilización únicamente a actividades pacíficas y científicas. La estación rusa Vostok, situada a 3.623 m de profundidad, ha extraído muestras de hielo que han permitido reconstituir más de 420.000 años de historia del clima y de la composición de la atmósfera. Actualmente, la cantidad de CO2 de la atmósfera, alcanza el nivel más elevado desde hace 160.000 años.
Secado de dátiles, palmeral al sur de El Cairo, valle del Nilo, Egipto
Las palmeras datileras tan sólo se desarrollan en los medios áridos y cálidos que disponen de algunos recursos hídricos, como los oasis. La producción mundial de dátiles es de 5 millones de toneladas anuales. La mayor parte de la cosecha de Oriente Medio y del Magreb se destina al mercado interior de cada país, exportándose únicamente el 5 %. Egipto, segundo productor mundial después de Irán, cosecha cada año más de 800.000 toneladas de dátiles, que se consumen localmente, a razón de 10 kilos por persona y año. Normalmente se conservan de forma artesanal: se recogen cuando aún están tiernos, amarillos o rojos, y se seleccionan según su variedad. Se oscurecen progresivamente secándose al sol, protegidos del viento y del agua por una pequeño muro de tierra y ramas; luego se colocan en cestos de palma trenzados. Aunque el consumo directo es mayoritario, a partir de este fruto se fabrican de forma artesana o industrial varios productos derivados (jarabe, harina, pasta, vinagre, azúcar, alcohol, dulces...).
Fardos de algodón, Thonakaha, Korhogo, Costa de Marfil (9°28’ N – 5°36’ O)
En el siglo xix se introdujeron en África occidental las primeras semillas de la variedad de algodonero Gossypium hirsutum, originario de las Antillas británicas, que aún es la más cultivada en el mundo. Las potencias coloniales europeas, a principios del siglo xx, fomentaron la producción de algodón, a fin de oponerse al monopolio de la exportación de Estados Unidos y Egipto, en una época en la que esta materia prima representaba el 80 por ciento del mercado mundial textil (en la actualidad, el porcentaje es del 47 %, debido al desarrollo de las fibras sintéticas). El algodón-semilla se cosecha manualmente a razón de entre 15 y 40 kilos por día y obrero en el África tropical, y a continuación se somete a un proceso de desgranado a fin de separar las fibras, las semillas y los residuos. Una tonelada de algodón-semilla, después de esta operación, produce 400 kilos de fibra y 560 kilos de semillas, que se transforman para el consumo humano (aceite) o animal (tortas). En el norte de Costa de Marfil, en particular en la región de Korhogo, las plantaciones de algodón constituyen el principal cultivo, para el que se utilizan 240.000 hectáreas. La producción de Costa de Marfil, próxima a las 300.000 toneladas, que emplea a más de 150.000 trabajadores, tiene poca peso en la producción mundial; pero, a escala nacional, equilibra el predominio agrícola del sur del país, donde se concentran las grandes plantaciones (cacao, palmas de aceite, heveas y piñas).
Pescador en el Lago de Kossou cerca de Bouaflé, Costa de Marfil (N 7º06’ O 5º45’)
El Lago de Kossou, que cubre 1 500 km2 en el centro de Costa de Marfil, es una contención de agua artificial concebida para regular el caudal del Río Bandam y permitir la construcción, hacia abajo, de una presa hidroeléctrica. La inundación de esta zona, realizada entre 1969 y 1971, se hizo al precio de 200 pueblos devorados y de 75 000 personas desplazadas. Paralelamente, un vasto programa de reinstalación de las poblaciones evacuadas y de desarrollo se puso en práctica en la periferia de este lago: construcción de 63 poblados, electrificación, acondicionamiento de centros piscícolas y formación de alrededor 3 000 campesinos de la región en las técnicas de pesca. En 2000, el mundo cuenta con más de 45 000 presas, de las cuales la mitad están en China. Si las presas pueden desempeñar un papel importante en el control de las crecidas y la satisfacción de las necesidades de energía y agua, especialmente en los países en desarrollo donde se encuentran 2/3 de las contenciones, sus impactos ecológicos y sociales (de 40 a 80 millones de personas en el mundo han sido desplazadas para la creación de reservorios) siguen siendo considerables. Una mejor integración de las dimensiones social, ecológica y económica podría no obstante hacer de ellas un verdadero elemento de desarrollo humano y de manejo sustentable de los preciosos recursos de agua.
Árboles en medio de las aguas cerca de Taponas, Ródano, Francia (46°07’ N–04° 45’ O)
En Taponas, en el Ródano, entre los montes del Beaujolais y los cientos de estanques diseminados por las tierras pantanosas del Dombes, el Saona se desbordó del 20 al 23 de marzo de 2001. Temporalmente, el río se expandió a sus anchas en su lecho mayor, un fenómeno recurrente y natural en esta zona baja, por debajo de la confluencia del Saona y del Doubs. Provocada por precipitaciones diluvianas (tres veces las normales para la época en Besançon, en la orilla del Doubs) que se abatieron sobre los suelos ya anegados y los mantos freáticos saturados por las recientes lluvias, la ola de crecidas que sumergió varias regiones del este y del centro de Francia en la primavera de 2001 no se puede achacar únicamente a los caprichos climáticos. Construcciones en zonas inundables, obstáculos al paso de las aguas (infraestructuras de transporte, impermeabilización urbana), un mantenimiento nefasto del curso de las aguas y la tala representan la parte de responsabilidad del hombre.
Campos de colores vivos cerca de Sarraud, Vaucluse, Francia (44º01’ N-5º24’ E)
En la meseta de Vaucluse, terreno calcáreo y árido situado al este del departamento francés, los campos de lavanda florecen al calor del verano mediterráneo. Desarrollado hacia 1920 para la producción por destilación del aceite esencial utilizado en perfumería, el cultivo de la lavanda fina tuvo que enfrentarse más tarde a la competencia del lavandín y los productos de síntesis. La producción anual cayó en 1992 a 25 toneladas (6 veces menos que en 1960). Este declive despertó mayor preocupación aún porque, al revalorizar las tierras áridas, la lavanda permite mantener un tejido rural en las zonas montañosas perjudicadas por la desvalorización de la agricultura. Así, en 1994 se inició un programa de relanzamiento y de modernización de este cultivo. En el año 2000, unas 4.000 hectáreas proporcionan 65 toneladas de aceite esencial (70 % de la producción mundial) y 500 hectáreas están destinadas a la producción de flores y ramos. Las aromáticas alfombras malvas que salpican los paisajes de la Alta Provenza constituyen, por otra parte, un importante atractivo turístico en el sudeste de Francia. En menos de un siglo, la evolución del mundo rural ha devuelto a la pequeña flor silvestre un papel importante en el desarrollo económico local.
Campos de tulipanes en las cercanías de Lisse, región de Amsterdam, Países Bajos (52°15’ N–04°37’ E)
Cada año en la primavera (abril-mayo), el territorio holandés se viste con su librea multicolor. Desde la primera floración en 1594, la de los bulbos traídos del imperio otomano por el embajador de Austria, cuatro siglos de selección han permitido obtener más 800 variedades de tulipanes. En la región de Lisse, éstos se cultivan para vender los bulbos. En más de 20.000 hectáreas, de las cuales la mitad de tulipanes y una cuarta parte de lis, los Países Bajos garantizan un 65 % de la producción mundial de bulbos de flores (esto es, diez mil millones de bulbos) y el 59 % de las exportaciones de flores cortadas. La agricultura holandesa, que ocupa a un 5 % de la población activa, es una de las más intensivas del mundo y permite al país situarse en el tercer puesto mundial en exportación de productos agrícolas (detrás de los Estados Unidos y Francia). Pero este brillante resultado se obtiene al precio de una degradación de la calidad de las aguas, que induce a Holanda a volver a la utilización de depredadores naturales para proteger los cultivos enfermos de los insectos perjudiciales. Sobre todo en el sector hortícola, gran consumidor de productos químicos.
Cotonadas secándose al sol en Jaipur, Rajasthán, India (26° 55’ N–75° 49’ O)
El Estado de Rajasthán, importante centro de producción textil en el noroeste de la India, es famoso desde hace siglos por su artesanía de tinte y estampado de telas de algodón y seda, que elaboran principalmente los chhipa. Las técnicas tradicionales de decoración a la cera y estampado mediante tampón sufren hoy la competencia de la serigrafía, que permite realizar una producción a gran escala; así mismo, van dejando de utilizarse paulatinamente los pigmentos naturales, que se sustituyen por colorantes químicos. En cambio, todavía se practica el remojado repetido de los tejidos para fijar el color, así como el secado de los mismos al sol, como por ejemplo aquí, en el corazón de Jaipur, capital del Estado. Las mujeres chhipa, que realizan este trabajo, forman parte del 32 % de mujeres de la población activa india, un ejemplo del aumento de la participación de las mujeres en la actividad económica. Aunque desde hace décadas se está llevando a cabo un mayor reconocimiento de los derechos y las aspiraciones de las mujeres en todo el mundo, queda mucho camino por recorrer en numerosos países donde persisten enormes desigualdades entre hombres y mujeres.
Templo de Ed-Deir, Petra, región de Ma’an, Jordania (30°20’ N – 35°26’ E)
Jordania ocupa una posición estratégica entre el Mediterráneo y el mar Rojo. En el siglo vii antes de nuestra era, los nabateos, pueblo de mercaderes nómadas, se sedentarizaron. Labrando el gres rosa y amarillo de los acantilados del sur del país, en la confluencia de seis rutas de caravanas, construyeron su capital, Petra, «la piedra» en griego. La civilización nabatea dominó el comercio de productos escasos (incienso de Arabia, especias de la India, oro de Egipto, sedas de la China, marfil de Nubia...) y se enriqueció con la recaptación de impuestos por el paso a través de las rutas de caravanas, antes de sucumbir bajo el yugo de Roma en el año 106 d.C. El templo de Ed-Deir, situado en la parte superior de la ciudad y construido entre los siglos i y iii a.C., domina con su altura imponente (42 metros de alto y 45 metros de ancho) los casi 800 monumentos de Petra. Tras el declive de la civilización nabatea, fue ocupado por religiosos cristianos bizantinos, de los que procede su nombre Ed-Deir: «el monasterio». Sobre Petra, ciudad declarada patrimonio mundial por la Unesco en 1985, pesa desde hace algunos años una amenaza inquietante: las sales minerales disueltas en la capa freática se han incrustado en la base de los monumentos.
Hayas en los montes Traful, provincia de Neuquén, Argentina (40°40’ S – 71°16’ O)
En el corazón del Parque Nacional de Nahuel Huapi, en el sudoeste de la provincia de Neuquén, Argentina, numerosos lagos de montaña (700 metros de altura media) con aguas de un azul intenso, de origen glaciar, bañan los pies de los montes y picos rocosos de la cordillera de los Andes. La humedad del clima de esta región favorece el desarrollo de las hayas (variedades Nothofagus pumilio y N. antartica) que han colonizado las laderas de las montañas, alegrándolas en otoño con sus colores llameantes. Más al sur, donde la altitud decrece sensiblemente, los bosques de hayas disminuyen progresivamente, dando paso a la estepa de Patagonia. La parte de la cordillera de los Andes situada entre Argentina y Chile constituye, con una longitud de unos 500 kilómetros, la frontera natural terrestre más larga del planeta. En ella se halla el pico del Aconcagua, de 6.960 m de altitud, que domina el continente sudamericano.
Muchedumbre en Abengourou, Costa de Marfil (6°44’ N–3°29’ O)
África cuenta con 800 millones de habitantes, es decir, con el 13 % de la humanidad. Esta muchedumbre abigarrada que manifiesta su entusiasmo saludando al fotógrafo fue inmortalizada en Abengourou, en el este de Costa de Marfil. Constituida principalmente por niños y adolescentes, nos recuerda que este país es joven, puesto que, al igual que en el conjunto del continente africano, el 40 % de la población tiene menos de quince años. Costa de Marfil tiene un porcentaje de fecundidad del 5,1, representativo de la media del continente (la media mundial es de 2,8). La modernización y la evolución de los modelos culturales y socio-económicos conducen a un progresivo descenso de la fecundidad, pero aún habrán de pasar varias décadas antes de que se estabilice la población en África. Por otra parte, los estragos de la epidemia de SIDA que sufre actualmente el África subsahariana, (donde vive el 70 % de los 36,1 millones de personas infectadas en el mundo), tendrán importantes repercusiones en la demografía de la región. En África, el virus del SIDA mata cada día a 6.000 personas y contagia a 11.000.
Caravana de dromedarios en las dunas cerca de Nouakchott, Mauritania (18°09’ N–15°29’ O)
El Sahara, el mayor desierto de arena del mundo, tiene 9.000.000 km2 (el territorio de los Estados Unidos), distribuidos en once países. En su linde oeste, Mauritania, con un territorio desértico en sus tres cuartas partes, está particularmente afectada por el fenómeno de desertización de origen antrópico. El pasto excesivo, la tala de madera para hacer fuego y la expansión agrícola suprimen poco a poco la vegetación que sirve de fijación del suelo situada en el contorno de los grandes macizos de dunas, lo que facilita el progreso de la arena, que actualmente amenaza ciudades como Nouakchott, la capital. En las zonas áridas y semiáridas (las dos terceras partes del continente africano), las tierras cultivables son frágiles y se deterioran rápidamente si las prácticas agrícolas y la explotación de la cobertura vegetal son demasiado intensivas. Así, durante el último medio siglo, el 65 % de las tierras fértiles africanas se ha degradado. Este deterioro implica un descenso de los rendimientos agrícolas, lo que disminuye la garantía de que se disponga de los alimentos necesarios. En este círculo vicioso difícil de romper, la pobreza es a la vez causa y consecuencia de la degradación de las tierras cultivables y del descenso de su productividad agrícola.
'La tierra vista desde el cielo', del fotógrafo Yann-Arthus Bertrand, muestra el mundo desde una que pocos saben y pueden ver; y su trabajo es darlo a conocer. Este es el milagro de la vida.
Quiero que vean un poco de lo que yo vi, que es un verdadero flash, asique les preparo una extensa minutita:
Cultivos en las orillas del río Uruguay, provincia de Misiones, Argentina (27°24’ S – 54°24’ O)
Esta provincia situada en el nordeste de Argentina, que debe su nombre a las misiones jesuitas instaladas en la región entre los siglos XVI y XVIII, en sus orígenes estaba cubierta mayoritariamente por bosque tropical. Sin embargo, desde hace casi un siglo los colonos de origen europeo han modelado el paisaje, talando los árboles de una gran parte del territorio para explotar la tierra roja, rica en óxido de hierro y muy fértil. Labrando a lo largo de las curvas de nivel y dejando bandas de hierba entre los surcos para atenuar la erosión, han desarrollado diversos cultivos como el algodón, el tabaco, el té, el mate, el girasol, el arroz y los cítricos. Los agricultores han sabido sacar provecho de la amplia red hidrográfica que riega esta región enclavada entre los ríos Paraná y Uruguay, llamada acertadamente Mesopotamia, término que en griego significa «tierra entre ríos».
Formación cristalina en el lago Magadi, Kenia (1°52’ S – 36°17’ E)
La gran fractura del Rift, originada por una rotura de la corteza terrestre ocurrida aproximadamente 40 millones de años antes de nuestra era, se extiende a lo largo de unos 7.000 kilómetros en el este de África. Está bordeada por altas llanuras volcánicas y su vasta fosa de hundimiento, una sucesión de depresiones (rift valleys) que van desde el mar Rojo hasta Mozambique, alberga un rosario de grandes lagos (Turkana, Victoria, Tanganika) y otros de menor superficie, como el Magadi, el más meridional de Kenia. Este lago, alimentado por las aguas de las lluvias que lavan las pendientes volcánicas cercanas arrastrando sales minerales, contiene un agua con un elevado porcentaje de sal. En algunos lugares su superficie está jaspeada de licks, depósitos salinos cristalizados mezclados con el agua salobre. Este medio, aunque inhóspito, no está exento de vida: millones de pequeños flamencos vienen a alimentarse de las microalgas, cangrejos y otros crustáceos que proliferan en las aguas del lago.
Mercado cerca del barrio de Xochimilco, México D. F., México (19º 20’ N-99º5’ O)
Bajo este mosaico de parasoles de colores vivos se oculta un mercado popular animado y ruidoso, instalado durante el día en una calle de la capital. Protegidos del sol, los puestos de frutas y verduras, plantas medicinales o especias, se mezclan con los de telas y productos artesanales. Los mercados, una verdadera institución en México, florecen cotidianamente en todo el país. Como el artesanado, los vestidos tradicionales o las fachadas de las viviendas, estos puntos de venta ponen de manifiesto el apego que sienten los mexicanos por los colores resplandecientes y alegres, como ese rosa vivo conocido como «rosa mexicano». En el escenario internacional, México es campeón mundial en el desarrollo comercial, con unas exportaciones que aumentan anualmente un 18 %, dirigidas en un porcentaje superior al 85 % a los Estados Unidos. Pero esta liberalización económica, que ha conducido a que se doble el PIB por habitante entre 1985 y 1999, ha agravado, en cambio, las desigualdades en la distribución de la renta. En el campo, donde la agricultura no puede hacer frente a la competencia de los productos importados, la renta media es hasta cuatro veces inferior a la renta nacional. Los disturbios sociales que se producen en el estado de Chiapas desde 1994 están ligados en parte a este hecho.
Ballena a la altura de la península de Valdés, Argentina (42°23’ S – 64°29’ O)
Las ballenas, que estían en el Ártico, regresan a los mares del Sur en invierno para reproducirse. De junio a noviembre, las costas de la península de Valdés, en Argentina, se convierten en el lugar de apareamiento y nacimiento de las ballenas francas. Las ballenas son mamíferos migratorios que hasta los años cincuenta fueron víctimas de una explotación intensiva por su carne y el aceite que se extrae de su grasa, lo que los ha llevado al borde la extinción. A partir de 1937, después de que se tomara conciencia del peligro que corrían, se tomaron medidas de precaución. En 1982, se declaró una moratoria que prohibía la caza con fines comerciales, y en 1994, el santuario ballenero de los mares australes se sumó al del océano Índico, establecido quince años antes. A pesar de esta movilización, en 2001 se estimaba que, después de la moratoria de 1986, se había dado muerte a 21.000 ballenas, principalmente en Japón y Noruega. Después de décadas de protección, 7 de las 13 especies de ballenas, que sólo cuentan con algunos miles de individuos (de 10 a 60 veces menos que a principios del siglo xx) siguen estando amenazadas.
El Corcovado dominando desde lo alto la ciudad de Río de Janeiro, Brasil (S 22º54’ O43º14’)
Colocada sobre un pico rocoso de 704 m llamado Corcovado ("jorobado”), la estatua del Cristo redentor domina la bahía de Guanabara y su célebre Pan de azúcar”, así como a toda la ciudad de Río de Janeiro. La ciudad debe su nombre de río de enero” a una equivocación de los primeros navegantes portugueses que anclaron en la bahía, en enero de 1502, puesto que creyeron penetrar en la desembocadura de una corriente de agua. Capital de Brasil de 1763 a 1960, Río de Janeiro se ha convertido actualmente en una megalópolis que abarca 50 km y alberga a más de 10 millones de habitantes. El Cristo redentor del Corcovado recuerda que Brasil es el primer país católico del planeta, con alrededor de 121 millones de personas bautizadas (75% de la población). El catolicismo (cerca de mil millones de fieles) es en sí mismo mayoritario en el seno de la religión cristiana la cual, con casi 2 mil millones de adeptos, es la más practicada en el mundo.
Icebergs a la altura de la tierra de Adelaida, Antártida (polo Sur) (67°00’ S–139°00’ E)
Estos icebergs que van a la deriva se han desprendido recientemente de las plataformas glaciares de la Antártida, como pone de manifiesto su forma tabular y los estratos de hielo todavía visibles en sus flancos angulosos. Tan sólo emerge una pequeña parte del volumen de cada uno, quedando más del 80 % bajo la superficie. Al igual que los 2.000 km3 de hielo que se desprenden cada año de la Antártida, estos icebergs experimentarán la lenta erosión de los vientos y las olas antes de desaparecer. La Antártida, cuya superficie es de 14 millones de km2, es el continente de las condiciones climáticas extremas, con temperaturas de hasta –70 °C y vientos que alcanzan los 300 km/h, y contiene el 90 % del hielo y el 70 % de las reservas de agua dulce del planeta. Objeto de reivindicaciones territoriales desde el siglo xix, desde 1959 se rige por el Tratado de Washington, que le confiere un estatuto internacional y limita su utilización únicamente a actividades pacíficas y científicas. La estación rusa Vostok, situada a 3.623 m de profundidad, ha extraído muestras de hielo que han permitido reconstituir más de 420.000 años de historia del clima y de la composición de la atmósfera. Actualmente, la cantidad de CO2 de la atmósfera, alcanza el nivel más elevado desde hace 160.000 años.
Secado de dátiles, palmeral al sur de El Cairo, valle del Nilo, Egipto
Las palmeras datileras tan sólo se desarrollan en los medios áridos y cálidos que disponen de algunos recursos hídricos, como los oasis. La producción mundial de dátiles es de 5 millones de toneladas anuales. La mayor parte de la cosecha de Oriente Medio y del Magreb se destina al mercado interior de cada país, exportándose únicamente el 5 %. Egipto, segundo productor mundial después de Irán, cosecha cada año más de 800.000 toneladas de dátiles, que se consumen localmente, a razón de 10 kilos por persona y año. Normalmente se conservan de forma artesanal: se recogen cuando aún están tiernos, amarillos o rojos, y se seleccionan según su variedad. Se oscurecen progresivamente secándose al sol, protegidos del viento y del agua por una pequeño muro de tierra y ramas; luego se colocan en cestos de palma trenzados. Aunque el consumo directo es mayoritario, a partir de este fruto se fabrican de forma artesana o industrial varios productos derivados (jarabe, harina, pasta, vinagre, azúcar, alcohol, dulces...).
Fardos de algodón, Thonakaha, Korhogo, Costa de Marfil (9°28’ N – 5°36’ O)
En el siglo xix se introdujeron en África occidental las primeras semillas de la variedad de algodonero Gossypium hirsutum, originario de las Antillas británicas, que aún es la más cultivada en el mundo. Las potencias coloniales europeas, a principios del siglo xx, fomentaron la producción de algodón, a fin de oponerse al monopolio de la exportación de Estados Unidos y Egipto, en una época en la que esta materia prima representaba el 80 por ciento del mercado mundial textil (en la actualidad, el porcentaje es del 47 %, debido al desarrollo de las fibras sintéticas). El algodón-semilla se cosecha manualmente a razón de entre 15 y 40 kilos por día y obrero en el África tropical, y a continuación se somete a un proceso de desgranado a fin de separar las fibras, las semillas y los residuos. Una tonelada de algodón-semilla, después de esta operación, produce 400 kilos de fibra y 560 kilos de semillas, que se transforman para el consumo humano (aceite) o animal (tortas). En el norte de Costa de Marfil, en particular en la región de Korhogo, las plantaciones de algodón constituyen el principal cultivo, para el que se utilizan 240.000 hectáreas. La producción de Costa de Marfil, próxima a las 300.000 toneladas, que emplea a más de 150.000 trabajadores, tiene poca peso en la producción mundial; pero, a escala nacional, equilibra el predominio agrícola del sur del país, donde se concentran las grandes plantaciones (cacao, palmas de aceite, heveas y piñas).
Pescador en el Lago de Kossou cerca de Bouaflé, Costa de Marfil (N 7º06’ O 5º45’)
El Lago de Kossou, que cubre 1 500 km2 en el centro de Costa de Marfil, es una contención de agua artificial concebida para regular el caudal del Río Bandam y permitir la construcción, hacia abajo, de una presa hidroeléctrica. La inundación de esta zona, realizada entre 1969 y 1971, se hizo al precio de 200 pueblos devorados y de 75 000 personas desplazadas. Paralelamente, un vasto programa de reinstalación de las poblaciones evacuadas y de desarrollo se puso en práctica en la periferia de este lago: construcción de 63 poblados, electrificación, acondicionamiento de centros piscícolas y formación de alrededor 3 000 campesinos de la región en las técnicas de pesca. En 2000, el mundo cuenta con más de 45 000 presas, de las cuales la mitad están en China. Si las presas pueden desempeñar un papel importante en el control de las crecidas y la satisfacción de las necesidades de energía y agua, especialmente en los países en desarrollo donde se encuentran 2/3 de las contenciones, sus impactos ecológicos y sociales (de 40 a 80 millones de personas en el mundo han sido desplazadas para la creación de reservorios) siguen siendo considerables. Una mejor integración de las dimensiones social, ecológica y económica podría no obstante hacer de ellas un verdadero elemento de desarrollo humano y de manejo sustentable de los preciosos recursos de agua.
Árboles en medio de las aguas cerca de Taponas, Ródano, Francia (46°07’ N–04° 45’ O)
En Taponas, en el Ródano, entre los montes del Beaujolais y los cientos de estanques diseminados por las tierras pantanosas del Dombes, el Saona se desbordó del 20 al 23 de marzo de 2001. Temporalmente, el río se expandió a sus anchas en su lecho mayor, un fenómeno recurrente y natural en esta zona baja, por debajo de la confluencia del Saona y del Doubs. Provocada por precipitaciones diluvianas (tres veces las normales para la época en Besançon, en la orilla del Doubs) que se abatieron sobre los suelos ya anegados y los mantos freáticos saturados por las recientes lluvias, la ola de crecidas que sumergió varias regiones del este y del centro de Francia en la primavera de 2001 no se puede achacar únicamente a los caprichos climáticos. Construcciones en zonas inundables, obstáculos al paso de las aguas (infraestructuras de transporte, impermeabilización urbana), un mantenimiento nefasto del curso de las aguas y la tala representan la parte de responsabilidad del hombre.
Campos de colores vivos cerca de Sarraud, Vaucluse, Francia (44º01’ N-5º24’ E)
En la meseta de Vaucluse, terreno calcáreo y árido situado al este del departamento francés, los campos de lavanda florecen al calor del verano mediterráneo. Desarrollado hacia 1920 para la producción por destilación del aceite esencial utilizado en perfumería, el cultivo de la lavanda fina tuvo que enfrentarse más tarde a la competencia del lavandín y los productos de síntesis. La producción anual cayó en 1992 a 25 toneladas (6 veces menos que en 1960). Este declive despertó mayor preocupación aún porque, al revalorizar las tierras áridas, la lavanda permite mantener un tejido rural en las zonas montañosas perjudicadas por la desvalorización de la agricultura. Así, en 1994 se inició un programa de relanzamiento y de modernización de este cultivo. En el año 2000, unas 4.000 hectáreas proporcionan 65 toneladas de aceite esencial (70 % de la producción mundial) y 500 hectáreas están destinadas a la producción de flores y ramos. Las aromáticas alfombras malvas que salpican los paisajes de la Alta Provenza constituyen, por otra parte, un importante atractivo turístico en el sudeste de Francia. En menos de un siglo, la evolución del mundo rural ha devuelto a la pequeña flor silvestre un papel importante en el desarrollo económico local.
Campos de tulipanes en las cercanías de Lisse, región de Amsterdam, Países Bajos (52°15’ N–04°37’ E)
Cada año en la primavera (abril-mayo), el territorio holandés se viste con su librea multicolor. Desde la primera floración en 1594, la de los bulbos traídos del imperio otomano por el embajador de Austria, cuatro siglos de selección han permitido obtener más 800 variedades de tulipanes. En la región de Lisse, éstos se cultivan para vender los bulbos. En más de 20.000 hectáreas, de las cuales la mitad de tulipanes y una cuarta parte de lis, los Países Bajos garantizan un 65 % de la producción mundial de bulbos de flores (esto es, diez mil millones de bulbos) y el 59 % de las exportaciones de flores cortadas. La agricultura holandesa, que ocupa a un 5 % de la población activa, es una de las más intensivas del mundo y permite al país situarse en el tercer puesto mundial en exportación de productos agrícolas (detrás de los Estados Unidos y Francia). Pero este brillante resultado se obtiene al precio de una degradación de la calidad de las aguas, que induce a Holanda a volver a la utilización de depredadores naturales para proteger los cultivos enfermos de los insectos perjudiciales. Sobre todo en el sector hortícola, gran consumidor de productos químicos.
Cotonadas secándose al sol en Jaipur, Rajasthán, India (26° 55’ N–75° 49’ O)
El Estado de Rajasthán, importante centro de producción textil en el noroeste de la India, es famoso desde hace siglos por su artesanía de tinte y estampado de telas de algodón y seda, que elaboran principalmente los chhipa. Las técnicas tradicionales de decoración a la cera y estampado mediante tampón sufren hoy la competencia de la serigrafía, que permite realizar una producción a gran escala; así mismo, van dejando de utilizarse paulatinamente los pigmentos naturales, que se sustituyen por colorantes químicos. En cambio, todavía se practica el remojado repetido de los tejidos para fijar el color, así como el secado de los mismos al sol, como por ejemplo aquí, en el corazón de Jaipur, capital del Estado. Las mujeres chhipa, que realizan este trabajo, forman parte del 32 % de mujeres de la población activa india, un ejemplo del aumento de la participación de las mujeres en la actividad económica. Aunque desde hace décadas se está llevando a cabo un mayor reconocimiento de los derechos y las aspiraciones de las mujeres en todo el mundo, queda mucho camino por recorrer en numerosos países donde persisten enormes desigualdades entre hombres y mujeres.
Templo de Ed-Deir, Petra, región de Ma’an, Jordania (30°20’ N – 35°26’ E)
Jordania ocupa una posición estratégica entre el Mediterráneo y el mar Rojo. En el siglo vii antes de nuestra era, los nabateos, pueblo de mercaderes nómadas, se sedentarizaron. Labrando el gres rosa y amarillo de los acantilados del sur del país, en la confluencia de seis rutas de caravanas, construyeron su capital, Petra, «la piedra» en griego. La civilización nabatea dominó el comercio de productos escasos (incienso de Arabia, especias de la India, oro de Egipto, sedas de la China, marfil de Nubia...) y se enriqueció con la recaptación de impuestos por el paso a través de las rutas de caravanas, antes de sucumbir bajo el yugo de Roma en el año 106 d.C. El templo de Ed-Deir, situado en la parte superior de la ciudad y construido entre los siglos i y iii a.C., domina con su altura imponente (42 metros de alto y 45 metros de ancho) los casi 800 monumentos de Petra. Tras el declive de la civilización nabatea, fue ocupado por religiosos cristianos bizantinos, de los que procede su nombre Ed-Deir: «el monasterio». Sobre Petra, ciudad declarada patrimonio mundial por la Unesco en 1985, pesa desde hace algunos años una amenaza inquietante: las sales minerales disueltas en la capa freática se han incrustado en la base de los monumentos.
Hayas en los montes Traful, provincia de Neuquén, Argentina (40°40’ S – 71°16’ O)
En el corazón del Parque Nacional de Nahuel Huapi, en el sudoeste de la provincia de Neuquén, Argentina, numerosos lagos de montaña (700 metros de altura media) con aguas de un azul intenso, de origen glaciar, bañan los pies de los montes y picos rocosos de la cordillera de los Andes. La humedad del clima de esta región favorece el desarrollo de las hayas (variedades Nothofagus pumilio y N. antartica) que han colonizado las laderas de las montañas, alegrándolas en otoño con sus colores llameantes. Más al sur, donde la altitud decrece sensiblemente, los bosques de hayas disminuyen progresivamente, dando paso a la estepa de Patagonia. La parte de la cordillera de los Andes situada entre Argentina y Chile constituye, con una longitud de unos 500 kilómetros, la frontera natural terrestre más larga del planeta. En ella se halla el pico del Aconcagua, de 6.960 m de altitud, que domina el continente sudamericano.
Muchedumbre en Abengourou, Costa de Marfil (6°44’ N–3°29’ O)
África cuenta con 800 millones de habitantes, es decir, con el 13 % de la humanidad. Esta muchedumbre abigarrada que manifiesta su entusiasmo saludando al fotógrafo fue inmortalizada en Abengourou, en el este de Costa de Marfil. Constituida principalmente por niños y adolescentes, nos recuerda que este país es joven, puesto que, al igual que en el conjunto del continente africano, el 40 % de la población tiene menos de quince años. Costa de Marfil tiene un porcentaje de fecundidad del 5,1, representativo de la media del continente (la media mundial es de 2,8). La modernización y la evolución de los modelos culturales y socio-económicos conducen a un progresivo descenso de la fecundidad, pero aún habrán de pasar varias décadas antes de que se estabilice la población en África. Por otra parte, los estragos de la epidemia de SIDA que sufre actualmente el África subsahariana, (donde vive el 70 % de los 36,1 millones de personas infectadas en el mundo), tendrán importantes repercusiones en la demografía de la región. En África, el virus del SIDA mata cada día a 6.000 personas y contagia a 11.000.
Caravana de dromedarios en las dunas cerca de Nouakchott, Mauritania (18°09’ N–15°29’ O)
El Sahara, el mayor desierto de arena del mundo, tiene 9.000.000 km2 (el territorio de los Estados Unidos), distribuidos en once países. En su linde oeste, Mauritania, con un territorio desértico en sus tres cuartas partes, está particularmente afectada por el fenómeno de desertización de origen antrópico. El pasto excesivo, la tala de madera para hacer fuego y la expansión agrícola suprimen poco a poco la vegetación que sirve de fijación del suelo situada en el contorno de los grandes macizos de dunas, lo que facilita el progreso de la arena, que actualmente amenaza ciudades como Nouakchott, la capital. En las zonas áridas y semiáridas (las dos terceras partes del continente africano), las tierras cultivables son frágiles y se deterioran rápidamente si las prácticas agrícolas y la explotación de la cobertura vegetal son demasiado intensivas. Así, durante el último medio siglo, el 65 % de las tierras fértiles africanas se ha degradado. Este deterioro implica un descenso de los rendimientos agrícolas, lo que disminuye la garantía de que se disponga de los alimentos necesarios. En este círculo vicioso difícil de romper, la pobreza es a la vez causa y consecuencia de la degradación de las tierras cultivables y del descenso de su productividad agrícola.