Post by lechu14 on Dec 15, 2005 8:59:47 GMT -3
OLIMPO 1 - BOCA 2
BOCA CAMPEON APERTURA 2005
Olé estuvo en la cancha, en la vuelta olímpica, en el vestuario: en la fiesta que Boca campeón le dedicó al rival en desgracia.
El abrazo de todos en la mitad de cancha, las panzas a ras de piso, los huevazos arriba del travesaño, el cara a cara de los jugadores con los fanáticos, las lágrimas de Maradona, la recepción del propio Diego en el vestuario, la figura de Basile al desnudo, la gente en las plazas de la Argentina, el Obelisco rodeado... Boca era campeón después de dos años en el fútbol argentino y valía todo. Boca era campeón después de llegar al domingo corriendo desde atrás. Boca era campeón en un 2005 que River tachará de su historia. Boca era campeón y la dedicatoria le apuntó al rival en desgracia. Adentro y afuera de la cancha los jugadores cantaron lo que cualquier hincha hubiera cantado. Y Olé estuvo ahí para contarlo.
"Es para vos River Plei, te lo dedica papá, Boca es el campeón, la vuelta va a dar", fue una especie de himno que bajó de la popular de manera recurrente, como un mandato histórico, y salió de las entrañas de los de pantalones cortos. Apenas el errático Sequeira pitó el final, la unión hizo la fuerza y se armó una ronda. Cada jugador corrió hacia el círculo central, el territorio del genial Gago. Que se mueven para acá, que se mueven para allá, que vamos hacia la popular, que... La corrida que se hizo típica con Bianchi, ese aterrizaje forzoso con la panza contra el césped, volvió una tarde, pero sin el Coco picando.
"Un minuto de silencio, para River que está muerto", fue otra daga que cortó el aire. Donde no hubo silencio fue en el unipersonal de Abbondanzieri. Primero recibió un gorrito azul y amarillo y no se lo sacó más. Enseguida, mientras el resto saltaba alrededor del arco de los goles del Cata e Insúa, corrió rumbo a un costado y, gorrito en mano, levantó a la gente que estaba cerca del banderín del córner. Y para cerrar una secuencia frenética, se subió hasta lo más alto del alambrado y cantó de frente a la hinchada.
"Ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, para todas las gallinas, el regalo de papá", sonó a fiesta consumada, como lo era. ¿O qué otra cosa fue ver a tantos jugadores arriba del travesaño como si fueran chicos en una plaza? Guillermo, Schiavi, Ibarra, Calvo, Bilos, Díaz, Insúa, Neri Cardozo, Ledesma, Palacio y Gago probaron la resistencia del arco. Porque se movieron y tiraron huevos. ¿Qué? Guille y Schiavi recibieron 30 huevos del programa Estilo K: tres terminaron en la espalda de Abbondanzieri y uno en la cabeza de Ledesma. Irregular puntería. 100% de efectividad en risas y en cargadas.
"Y River llora, y River llora, ya todos saben que La Boca está de joda", atronó mientras Battaglia recibía la Copa Gillette Prestobarba Excel y empezaba la vuelta olímpica. La ofrenda para la gente propia y el tributo del público local. Hubo aplausos de respeto para todos y especialmente para Rodrigo Palacio, antes insultado.
"Es para vos, es para vos, gallina puta la puta que te parió", salió de la boca de Maradona y contagió a los jugadores que iban llegando al vestuario y se encontraban con un maestro de ceremonia único. El sueño del hincha-ídolo-dirigente-¿futuro DT? hecho realidad. Con la 10 en la espalda (no podía ser de otra manera), Diego abrazó a todos. Y se empapó con un Basile en cueros, con una gorrita negra, que levantaba las manos y apenas tarareaba palabras del cancionero. Ese mismo Coco que seguramente escuchó con placer el "se lo dedicamo'' a todos", como un elemento de defensa para el hombre que recibió críticas varias hasta no hace más de 15 días.
"Vamo'' Boca vamo'', ustedes pongan huevo que ganamos, vamo'' a traer la Copa a la Argentina, la Copa que perdieron las gallinas", retumbó mientras el agua, varias gaseosas y hasta un poco de leche volaron por el aire. En las duchas. En el micro. En el avión de regreso a Buenos Aires. En el hotel Intercontinental. La fiesta siguió... Era el final de un día inolvidable. Pero como todavía falta la frutilla del postre, la última canción fue autorreferencial, para el dueño de América en este siglo. Nos vemos el domingo en la Bombonera... Vamos a ver al Boca campeón. Y a gozar a River.
www.ole.clarin.com/diario/2005/12/15/ficha.pdf
www.ole.clarin.com/diario/2005/12/15/numeros.pdf
www.ole.clarin.com/diario/2005/12/15/numeros1.pdf
Y PARA TERMINAR VAYANSE TODOS A LA RE PUTA MADRE QUE LOS RE PARIO.....
BOCA CAMPEON APERTURA 2005
Olé estuvo en la cancha, en la vuelta olímpica, en el vestuario: en la fiesta que Boca campeón le dedicó al rival en desgracia.
El abrazo de todos en la mitad de cancha, las panzas a ras de piso, los huevazos arriba del travesaño, el cara a cara de los jugadores con los fanáticos, las lágrimas de Maradona, la recepción del propio Diego en el vestuario, la figura de Basile al desnudo, la gente en las plazas de la Argentina, el Obelisco rodeado... Boca era campeón después de dos años en el fútbol argentino y valía todo. Boca era campeón después de llegar al domingo corriendo desde atrás. Boca era campeón en un 2005 que River tachará de su historia. Boca era campeón y la dedicatoria le apuntó al rival en desgracia. Adentro y afuera de la cancha los jugadores cantaron lo que cualquier hincha hubiera cantado. Y Olé estuvo ahí para contarlo.
"Es para vos River Plei, te lo dedica papá, Boca es el campeón, la vuelta va a dar", fue una especie de himno que bajó de la popular de manera recurrente, como un mandato histórico, y salió de las entrañas de los de pantalones cortos. Apenas el errático Sequeira pitó el final, la unión hizo la fuerza y se armó una ronda. Cada jugador corrió hacia el círculo central, el territorio del genial Gago. Que se mueven para acá, que se mueven para allá, que vamos hacia la popular, que... La corrida que se hizo típica con Bianchi, ese aterrizaje forzoso con la panza contra el césped, volvió una tarde, pero sin el Coco picando.
"Un minuto de silencio, para River que está muerto", fue otra daga que cortó el aire. Donde no hubo silencio fue en el unipersonal de Abbondanzieri. Primero recibió un gorrito azul y amarillo y no se lo sacó más. Enseguida, mientras el resto saltaba alrededor del arco de los goles del Cata e Insúa, corrió rumbo a un costado y, gorrito en mano, levantó a la gente que estaba cerca del banderín del córner. Y para cerrar una secuencia frenética, se subió hasta lo más alto del alambrado y cantó de frente a la hinchada.
"Ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, para todas las gallinas, el regalo de papá", sonó a fiesta consumada, como lo era. ¿O qué otra cosa fue ver a tantos jugadores arriba del travesaño como si fueran chicos en una plaza? Guillermo, Schiavi, Ibarra, Calvo, Bilos, Díaz, Insúa, Neri Cardozo, Ledesma, Palacio y Gago probaron la resistencia del arco. Porque se movieron y tiraron huevos. ¿Qué? Guille y Schiavi recibieron 30 huevos del programa Estilo K: tres terminaron en la espalda de Abbondanzieri y uno en la cabeza de Ledesma. Irregular puntería. 100% de efectividad en risas y en cargadas.
"Y River llora, y River llora, ya todos saben que La Boca está de joda", atronó mientras Battaglia recibía la Copa Gillette Prestobarba Excel y empezaba la vuelta olímpica. La ofrenda para la gente propia y el tributo del público local. Hubo aplausos de respeto para todos y especialmente para Rodrigo Palacio, antes insultado.
"Es para vos, es para vos, gallina puta la puta que te parió", salió de la boca de Maradona y contagió a los jugadores que iban llegando al vestuario y se encontraban con un maestro de ceremonia único. El sueño del hincha-ídolo-dirigente-¿futuro DT? hecho realidad. Con la 10 en la espalda (no podía ser de otra manera), Diego abrazó a todos. Y se empapó con un Basile en cueros, con una gorrita negra, que levantaba las manos y apenas tarareaba palabras del cancionero. Ese mismo Coco que seguramente escuchó con placer el "se lo dedicamo'' a todos", como un elemento de defensa para el hombre que recibió críticas varias hasta no hace más de 15 días.
"Vamo'' Boca vamo'', ustedes pongan huevo que ganamos, vamo'' a traer la Copa a la Argentina, la Copa que perdieron las gallinas", retumbó mientras el agua, varias gaseosas y hasta un poco de leche volaron por el aire. En las duchas. En el micro. En el avión de regreso a Buenos Aires. En el hotel Intercontinental. La fiesta siguió... Era el final de un día inolvidable. Pero como todavía falta la frutilla del postre, la última canción fue autorreferencial, para el dueño de América en este siglo. Nos vemos el domingo en la Bombonera... Vamos a ver al Boca campeón. Y a gozar a River.
www.ole.clarin.com/diario/2005/12/15/ficha.pdf
www.ole.clarin.com/diario/2005/12/15/numeros.pdf
www.ole.clarin.com/diario/2005/12/15/numeros1.pdf
Y PARA TERMINAR VAYANSE TODOS A LA RE PUTA MADRE QUE LOS RE PARIO.....