Post by lechu14 on Jan 11, 2006 9:28:56 GMT -3
RIVER: DANIEL PASSARELLA
"Quiero satisfacer el paladar de la gente"
Feliz por el regreso a River, Daniel Passsarella dice que intentará parar un equipo parecido al del 90 y que mirará hacia las Inferiores "porque eso le gusta al hincha".
Eran las 18.45 cuando se abrió la puerta de unos de los ascensores del Salón de Honor del Monumental y apareció acompañado por Aguilar y otros dirigentes. En el camino a la mesa principal saludó a varios conocidos y escuchó los primeros aplausos de hinchas, empleados del club y cholulos que se acercaron a su presentación oficial. Con camisa a rayas blancas y celestes, pantalón azul y zapatos marrones, Daniel Alberto Passarella volvió "al club que me dio todo, al que más quiero". Feliz, sonriente, pasando sus anteojos de mano en mano, el Kaiser respondió a las preguntas en la conferencia de prensa. Luego, fue por el anillo interno hacia las oficinas donde lo esperaban los dirigentes, pero antes de subir aceptó charlar con Olé. "Es un momento parecido al del 90, aunque en aquél estaba a mitad del torneo y en éste, al inicio. Tengo unas ganas tremendas de trabajar. River pudo haber contratado muchos técnicos más capaces, pero no creo que encontrara otro con mis ganas", arrancó.
—¿Es un desafío más difícil que cuando llegaste en el 90?
—River es un equipo... es Deportivo Ganar. Es muy difícil dirigir acá. Podés ir 2 a 0 y la gente no está contenta, tiene paladar negro. Ha visto grandísimos jugadores y le cuesta aceptar sistemas diferentes a los que está acostumbrada. Quiero satisfacer el paladar de la gente. Conozco cómo piensa la gente, quiero darle impulso a las Inferiores porque lo siento y porque sé que al hincha le gusta. Por lo que me dijo Pitarch, hay valores con posibilidades de destacarse en Primera en un plazo medio. Y veremos si podemos traer algún refuerzo. Trataremos de armar un equipo que sepa a qué juega, dinámico, agresivo y de buen trato de pelota.
—Vas a tener que trabajar mucho para lograr eso..
—Tengo que sacarle provecho al máximo a los jugadores, mejorarlos... Le pondré muchas ganas, muchas horas de trabajo. Quiero ser un compañero más de los jugadores. Espero que me acompañen en esta tarea que es difícil.
—¿Ya sabés qué sistema táctico vas a utilizar?
—Quiero un equipo protagonista, que tenga distintos argumentos disponibles para utilizarlos en momentos oportunos de cada partido porque no todos son iguales.
—¿Se podrá ver aquel River que ahogaba a los rivales?
—Esa es la idea. Para hacer eso hay que estar muy bien físicamente. No sé cómo está el plante, eso lo voy a evaluar con el preparador físico. Vamos a necesitar un tiempo para poner al equipo a punto porque hace pocos días que empezó la pretemporada.
—¿Vas a tener que trabajar en lo anímico? Se dijo que muchos de estos jugadores no están a la altura de River.
—Para ellos, eso tiene que ser un síntoma de rebeldía y de coraje para contradecir lo que se dijo. En un momento, yo le dije a Labruna que no quería jugar de 3 y me sacó: "Vaya a jugar a la quinta de su abuela". Yo me quise ir de River. Un boludo. Me quería Unión y Aragón Cabrera no me dejó ir. Me quedé y trabajé para demostrarle que tenía que jugar yo. Y Angelito no me sacó más.
—¿Vas a hablar con Gallardo para ver qué pasó y para pedirle que no se vaya?
—Pienso dialogar con todos los jugadores. Aún no hablé con ellos y no conozco la situación que se vivió. Marcelo es un jugador que yo hice debutar y que la gente quiere mucho, igual que a Ortega, pero quiero interiorizarme hablando con todos no sólo con él.
—¿Necesitás varios refuerzos?
—Hay muchas tratativas. Estamos evaluando con tranquilidad, tratando de equivocarnos lo menos posible. Pero no me asustaría tener que enfrentar lo que se viene con el plantel actual.
—¿El desafío es más grande por los pocos días que faltan para el repechaje?
—No, River siempre es un desafío, en cualquier momento que te toque dirigirlo. Siempre.
—Pero ahora tenés poco tiempo para trabajar.
—Sí, pero yo apunto más que nada a un proyecto. Cuando estuve acá, lo que nos sostuvo fue ese proyecto de trabajo. Más allá de algunas desaventuras (sic) con la prensa y con algunos jugadores, la gente priorizó la manera de trabajar, el proyecto y el auge de las Inferiores. Fue la época en que River más pibes sacó y más jugadores vendió a Europa.
—Pero hay objetivos inmediatos: entrar en la Copa.
—Sí, lo sabemos. En River hay urgencias permanentes. No te podés tomar un año sabático... Ni un semestre sabático.
—¿A vos también te ilusiona que River llega a la final en los años terminados en seis?
—Tuve la desgracia de que nunca me toco estar. Sólo en el 76, pero por una lesión no pude jugar contra Cruzeiro. La Copa es una deuda pendiente, nunca la pude ganar. Sé que esta puede ser una de las últimas oportunidades y voy a poner lo mejor de mí para que a River le vaya bien.
Las dos preguntas prometidas para no demorarlo en su reunión con los dirigentes son cada vez más, pero Passarella no se molesta. Prende un cigarillo, algo que no hizo durante la presentación, y cuenta que le gustaría hablar con Mostaza "podría aportar muchas cosas" y para aclararle que reunió con los dirigentes porque le habían dicho que la renuncia era irreversible. Y también desnuda una intimidad: "Aguilar me dijo que, más allá de la tristeza por la ida de Merlo, estaba contento ''porque me estoy dando el gusto que siempre me quise dar, que es tenerte de DT''".
—¿Cuándo te sentiste más cerca de volver a River?
—Cuando llegó Pellegrini. También la primera vez que se fue Ramón y yo estaba sin trabajo. Y cuando vino Merlo, que estuve cerca... por comentarios, porque los dirigentes no me llamaron. Desde el 98 soñé con volver y me desilusionaba cuando no se daba. Y no vuelvo por lo económico, eh, sino por lo afectivo.
—¿Cambiaste? ¿Sos otro?
—Se han potenciado muchas cosas. Por ahí, ser ordenado, disciplinado en el trabajo, hoy significa ser autoritario o tener mano dura. Y creo que no es así. El orden es importante en cualquier orden de la vida. Pero siempre con afecto y con respaldo hacia los jugadores.
"Quiero satisfacer el paladar de la gente"
Feliz por el regreso a River, Daniel Passsarella dice que intentará parar un equipo parecido al del 90 y que mirará hacia las Inferiores "porque eso le gusta al hincha".
Eran las 18.45 cuando se abrió la puerta de unos de los ascensores del Salón de Honor del Monumental y apareció acompañado por Aguilar y otros dirigentes. En el camino a la mesa principal saludó a varios conocidos y escuchó los primeros aplausos de hinchas, empleados del club y cholulos que se acercaron a su presentación oficial. Con camisa a rayas blancas y celestes, pantalón azul y zapatos marrones, Daniel Alberto Passarella volvió "al club que me dio todo, al que más quiero". Feliz, sonriente, pasando sus anteojos de mano en mano, el Kaiser respondió a las preguntas en la conferencia de prensa. Luego, fue por el anillo interno hacia las oficinas donde lo esperaban los dirigentes, pero antes de subir aceptó charlar con Olé. "Es un momento parecido al del 90, aunque en aquél estaba a mitad del torneo y en éste, al inicio. Tengo unas ganas tremendas de trabajar. River pudo haber contratado muchos técnicos más capaces, pero no creo que encontrara otro con mis ganas", arrancó.
—¿Es un desafío más difícil que cuando llegaste en el 90?
—River es un equipo... es Deportivo Ganar. Es muy difícil dirigir acá. Podés ir 2 a 0 y la gente no está contenta, tiene paladar negro. Ha visto grandísimos jugadores y le cuesta aceptar sistemas diferentes a los que está acostumbrada. Quiero satisfacer el paladar de la gente. Conozco cómo piensa la gente, quiero darle impulso a las Inferiores porque lo siento y porque sé que al hincha le gusta. Por lo que me dijo Pitarch, hay valores con posibilidades de destacarse en Primera en un plazo medio. Y veremos si podemos traer algún refuerzo. Trataremos de armar un equipo que sepa a qué juega, dinámico, agresivo y de buen trato de pelota.
—Vas a tener que trabajar mucho para lograr eso..
—Tengo que sacarle provecho al máximo a los jugadores, mejorarlos... Le pondré muchas ganas, muchas horas de trabajo. Quiero ser un compañero más de los jugadores. Espero que me acompañen en esta tarea que es difícil.
—¿Ya sabés qué sistema táctico vas a utilizar?
—Quiero un equipo protagonista, que tenga distintos argumentos disponibles para utilizarlos en momentos oportunos de cada partido porque no todos son iguales.
—¿Se podrá ver aquel River que ahogaba a los rivales?
—Esa es la idea. Para hacer eso hay que estar muy bien físicamente. No sé cómo está el plante, eso lo voy a evaluar con el preparador físico. Vamos a necesitar un tiempo para poner al equipo a punto porque hace pocos días que empezó la pretemporada.
—¿Vas a tener que trabajar en lo anímico? Se dijo que muchos de estos jugadores no están a la altura de River.
—Para ellos, eso tiene que ser un síntoma de rebeldía y de coraje para contradecir lo que se dijo. En un momento, yo le dije a Labruna que no quería jugar de 3 y me sacó: "Vaya a jugar a la quinta de su abuela". Yo me quise ir de River. Un boludo. Me quería Unión y Aragón Cabrera no me dejó ir. Me quedé y trabajé para demostrarle que tenía que jugar yo. Y Angelito no me sacó más.
—¿Vas a hablar con Gallardo para ver qué pasó y para pedirle que no se vaya?
—Pienso dialogar con todos los jugadores. Aún no hablé con ellos y no conozco la situación que se vivió. Marcelo es un jugador que yo hice debutar y que la gente quiere mucho, igual que a Ortega, pero quiero interiorizarme hablando con todos no sólo con él.
—¿Necesitás varios refuerzos?
—Hay muchas tratativas. Estamos evaluando con tranquilidad, tratando de equivocarnos lo menos posible. Pero no me asustaría tener que enfrentar lo que se viene con el plantel actual.
—¿El desafío es más grande por los pocos días que faltan para el repechaje?
—No, River siempre es un desafío, en cualquier momento que te toque dirigirlo. Siempre.
—Pero ahora tenés poco tiempo para trabajar.
—Sí, pero yo apunto más que nada a un proyecto. Cuando estuve acá, lo que nos sostuvo fue ese proyecto de trabajo. Más allá de algunas desaventuras (sic) con la prensa y con algunos jugadores, la gente priorizó la manera de trabajar, el proyecto y el auge de las Inferiores. Fue la época en que River más pibes sacó y más jugadores vendió a Europa.
—Pero hay objetivos inmediatos: entrar en la Copa.
—Sí, lo sabemos. En River hay urgencias permanentes. No te podés tomar un año sabático... Ni un semestre sabático.
—¿A vos también te ilusiona que River llega a la final en los años terminados en seis?
—Tuve la desgracia de que nunca me toco estar. Sólo en el 76, pero por una lesión no pude jugar contra Cruzeiro. La Copa es una deuda pendiente, nunca la pude ganar. Sé que esta puede ser una de las últimas oportunidades y voy a poner lo mejor de mí para que a River le vaya bien.
Las dos preguntas prometidas para no demorarlo en su reunión con los dirigentes son cada vez más, pero Passarella no se molesta. Prende un cigarillo, algo que no hizo durante la presentación, y cuenta que le gustaría hablar con Mostaza "podría aportar muchas cosas" y para aclararle que reunió con los dirigentes porque le habían dicho que la renuncia era irreversible. Y también desnuda una intimidad: "Aguilar me dijo que, más allá de la tristeza por la ida de Merlo, estaba contento ''porque me estoy dando el gusto que siempre me quise dar, que es tenerte de DT''".
—¿Cuándo te sentiste más cerca de volver a River?
—Cuando llegó Pellegrini. También la primera vez que se fue Ramón y yo estaba sin trabajo. Y cuando vino Merlo, que estuve cerca... por comentarios, porque los dirigentes no me llamaron. Desde el 98 soñé con volver y me desilusionaba cuando no se daba. Y no vuelvo por lo económico, eh, sino por lo afectivo.
—¿Cambiaste? ¿Sos otro?
—Se han potenciado muchas cosas. Por ahí, ser ordenado, disciplinado en el trabajo, hoy significa ser autoritario o tener mano dura. Y creo que no es así. El orden es importante en cualquier orden de la vida. Pero siempre con afecto y con respaldo hacia los jugadores.